Zaragoza (España), 1971
De padre libanés y madre española, comienza los estudios
artísticos de dibujo y pintura a muy temprana edad.
Su fuente de inspiración se origina principalmente en la
mitología y la naturaleza, donde la entomología juega un importante papel.
Desde muy joven está profundamente influido por el arte
del próximo oriente, debido a sus numerosos viajes a esas tierras, sobre todo
por la estancia de un año en Siria. Los olores de las especias, los
adamascados, el singular cromatismo del país, todo juega un papel importante en
su pintura.
En 1985 recibe el premio en el 2º Certamen Juvenil
Aragonés de Artes Plásticas y, ese mismo año, su obra comienza a exponerse
asiduamente.
Tras culminar sus estudios en la Escuela de Artes de
Zaragoza, su afán de investigación le lleva a profundizar en numerosas
corrientes pictóricas, como el realismo o el surrealismo.
En varios de sus viajes a Londres visita la National
Gallery y la Royal Academy of Arts donde queda impresionado por la pintura
victoriana, concretamente la prerrafaelita, con autores como John William
Waterhouse, Sir Lawrence Alma Tadema y Dante Gabriel Rossetti entre otros.
Posteriormente se siente cautivado por los simbolistas, tras visitar los museos
deI Louvre y de Orsay en París , con pintores como Jules Joseph Lefebvre y
William Adolphe Bouguereau.
En una visita a Gante la fascinación del políptico La
adoración del Cordero Místico, de Jan van Eick, le conduce a realizar varios
tondos cuya ejecución le supone años de trabajo en cada pieza, donde aparecen
unas naturalezas de larga y compleja realización.
En el American Museum of Natural History de New York se
impregna del arte mural de los dioramas, que a su regreso a España le permiten
profundizar en el paisaje. Su fijación por los seres del mundo natural le lleva
a recrearse con pintores como Martin Johnson Heade, Pieter Brueghel, las flores
de la Escuela Napolitana y los ilustradores expedicionarios de José Celestino
Mutis principalmente.
Su temática navega entre la fantasía y la realidad,
invitándonos a asomarnos a una ventana desde la que poder contemplar realidades
paralelas a las nuestras. Sus obras configuran universos, mundos materializados
con sus propios códigos que nos muestran la pirámide de la vida y critican el
avance de los grandes hormigueros humanos del siglo XXI, revelándonos una realidad
que se nutre de la ficción y viceversa. Cada planta, cada insecto y cada
organismo representa un rol social, o acaso un ser real, que está estrechamente
relacionado con el día a día de nuestras vidas. Sus escenarios teatrales,
repletos de flora y fauna, muestran una atmósfera que enraíza con la sinestesia
de la imagen por medio de la simbiosis y donde la sugestión estética no está
por ello exenta de cierta crítica; un feedback que nos muestran paraísos llenos
de proporción áurea y biodiversidad, cargados de elementos simbolistas. Un
Imperio de los sentidos, lleno de composiciones coloristas, que nos habla de la
vida y de la muerte, en su continua transformación.
Su obra está presente en importantes colecciones de
ámbito internacional entre la que destaca la Colección Carmen
Thyssen-Bornemizsa.