Gian Lorenzo Bernini, escultor y arquitecto, fue el
máximo representante de la escultura y la arquitectura barroca en la Roma del
siglo XVII. Basaba su reconocimiento en un estilo propio y distintivo, un
dominio de la técnica que rayaba el virtuosismo y la increíble expresividad en
los gestos, movimientos y expresiones de sus esculturas.
Fue reconocido como uno de los genios capaces de dar vida
al mármol a pesar de su falta de una educación académica reglada. Su formación
se forjó en el taller de su padre, escultor de origen florentino, que se
trasladó a Roma. Sabía leer y escribir, pero poco más. Ni siquiera conocía la
“lengua de los papas”, el latín.
Algunos expertos basan en esa carencia de formación su
originalidad y estilo propio que pronto valoró el cardenal Borghese.
Este se convirtió en su primer mecenas. Gracias a sus
esculturas “El rapto de Proserpina” y “Apolo y Dafne” adquirió una fama
inmediata, que le acompañaría ya durante toda su vida.
Durante más de sesenta años trabajó prácticamente en
exclusiva para los (ocho) Papas del momento. Con el Papa Urbano VIII tuvo a su
cargo el impresionante baldaquino (1624), de bronce, de la Basílica de San
Pedro, el “Trono de San Pedro” también en bronce, así como la dirección de las
obras de la propia Basílica.
Después de este Papa que tuvo numerosos gestos de
reconocimiento para Bernini, se vio, “arrinconado” por su sucesor que, sin
embargo, después le rescató para la elaboración de la Fuente de los Cuatro
Ríos, en la plaza Navona.
Mientras el Papa se decidió de nuevo por su trabajo,
Bernini creaba “El éxtasis de Santa Teresa” (1647-55), una de sus obras
maestras, para el altar mayor de la capilla Cornaro de Santa María de la
Victoria, en Roma.
Con el Papa Alejandro VII remodeló la plaza de San Pedro
que quedó tal y como se contempla en la actualidad. Bernini fue llamado también
a la corte francesa donde no tuvo ninguna posibilidad pues fue objeto de la
inquina de los sus colegas galos.
Tras volver a Roma, su última gran obra fue la tumba de
Alejandro VII. Falleció a los 81 años aclamado como el gran genio que fue y ha
pasado a la historia del arte como uno de los más grandes maestros de la
escultura en mármol.
Obras más famosas de Bernini
Apolo y Dafne (1622-1625)
Baldaquino de la Basílica de San Pedro (1624-1633)
Éxtasis de Santa Teresa (1647-1652)
Fuente de los Cuatro Ríos (1651)
Modificación de la Scala Regia (1663-1666)
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