El Beso de la Muerte, (EL Petó de la Mort) en catalán es una escultura de mármol, que se encuentra en el cementerio de Poblenou en Barcelona.
La escultura de El Beso de la Muerte, es sin duda la composición más conocida y destacada del cementerio.
Se cree que la escultura fue creada por Jaume Barba, aunque otros aseguran que la idea fue concebida por Joan Fontbernat.
El encargo se hizo al taller de Jaume Barba, a quien desde siempre
fue adjudicada la creación de la escultura, pero dado que el maestro
tenía 70 años cuando se realizó, parece más veraz la versión de que la
obra fue realizada por Joan Fontbernal que era yerno del maestro y
escultor más cualificado del taller, aunque la parte trasera de las
costillas de la escultura que posee un realismo impactante, también es
atribuida a Artemi Barba.
La escultura representa a la muerte, en forma de un esqueleto alado,
plantando un beso en la frente de un hombre joven y guapo. La escultura
evoca diferentes respuestas a las personas que la ven: es el éxtasis en
el rostro del joven o la renuncia a la vida.
El erotismo del beso es difícil de disimular, la escultura muestra la
bienvenida a la muerte como un socio. La escultura es a la vez
romántica y terrible, que lleva a los diferentes puntos de vista de las
personas que lo ven. Que atrae y repele a la vez, la necesidad de tocar
combina con el deseo de huir.
La escultura se encuentra sobre la lapida del empresario textil Josep Llaudet Soler.
Hacia 1930 la familia Llaudet perdió un hijo en plena juventud y
quiso hacer una escultura para su tumba, que representase los siguientes
versos de Mossen Cinto Verdaguer del epitafio:
Mes son cor jovenitol no pot mes;
en ses venes la sanch s´atura i glaça
i l´esma perduda amb la fe s´abraça
sentint-se caure de la mort al bes.
Traducido quedaría así:
Mas su joven corazón no puede más;
en sus venas la sangre se detiene y se hiela
y el ánimo perdido con la fe se abraza
sintiéndose caer al beso de la muerte.
Se dice que la escultura inspiró la película El séptimo sello, de Ingmar Bergman.
El paseo por el Cementerio de Poblenou, comprende aproximadamente
cien años de historia del recinto funerario de la ciudad, desde su
creación en 1775 hasta 1888, año de la Exposición Universal celebrada en
Barcelona. El cementerio nos ofrece una muestra de obras pertenecientes
a diferentes épocas y estilos de algunos de los arquitectos y
escultores más importantes de los siglos XIX y XX y anécdotas
personales, testimonios del rico tejido de conexiones que existen entre
la ciudad y el cementerio.
Este hecho hace que se haya creado una ruta turística por el recinto
en el que se visitan 30 sepulturas en un tiempo de hora y media.
Las visitas guiadas en castellano se realizan el primer domingo de cada mes a las 10:30.h.
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