Artemisia Gentileschi nació en Roma, el 8 de julio de 1593. Fue la hija mayor del pintor Orazio Gentileschi,
uno de los grandes representantes de la escuela romana de Caravaggio.
Artemisia fue introducida a la pintura en el taller de su padre,
mostrando más talento que sus hermanos, que trabajaron junto a ella.
Aprendió dibujo, cómo empastar los colores y dar brillantez a los
cuadros. Dado que el estilo de su padre, en aquellos tiempos, se remitía
explícitamente al arte de Caravaggio (con el que Orazio tenía
relaciones de familiaridad), también los primeros pasos artísticos de
Artemisia se situaron, por motivos diversos, en el despertar del gran
pintor lombardo. Pero su aproximación a los temas era diferente de la de su padre.
Firmó a los diecisiete años su primera obra, (aunque muchos sospecharan entonces que fue ayudada por su padre): Susana y los viejos, 1610, colección Schönborn en Pommersfelden). El cuadro muestra cómo Artemisia había asimilado el realismo de Caravaggio sin permanecer indiferente al lenguaje de la escuela de Bolonia, que tuvo a Annibale Carracci
entre sus mejores artistas. A los diecinueve años, dado que el acceso a
la enseñanza de las academias profesionales de Bellas Artes era
exclusivamente masculino, y por tanto le estaba prohibido, su padre le
dio un preceptor privado, Agostino Tassi. Con él estaba trabajando en aquel tiempo Orazio, en la decoración de las bóvedas de Casino della Rose dentro del Palacio Pallavicini Rospigliosi en Roma.
Un escándalo marcó su vida. Tassi la violó en 1612.
Al principio, él prometió salvar su reputación casándose con ella, pero
más tarde renegó de su promesa, pues ya estaba casado, y Orazio lo
denunció ante el tribunal papal. La instrucción, que duró siete meses,
permitió descubrir que Tassi había planeado asesinar a su esposa,
cometió incesto
con su cuñada y había querido robar ciertas pinturas de Orazio
Gentileschi. Del proceso que siguió se conserva documentación
exhaustiva, que impresiona por la crudeza del relato de Artemisia y por
los métodos inquisitoriales del tribunal. Artemisia fue sometida a un
humillante examen ginecológico y torturada usando un instrumento que
apretaba progresivamente cuerdas en torno a los dedos — una tortura
particularmente cruel para un pintor. De esta manera se pretendía
verificar la veracidad de sus acusaciones, pues se creía que si una
persona dice lo mismo bajo tortura que sin ella, la historia debe ser
cierta. Tassi fue condenado a un año de prisión y al exilio de los Estados Pontificios. Las actas del proceso han influido grandemente en la lectura en clave feminista, dada en la segunda mitad del siglo XX, a la figura de Artemisia Gentileschi.
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